Las oraciones del pueblo de Dios

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

POR FAVOR LEE LA ESCRITURA: APOCALIPSIS 8:1-5.
Otro ángel llegó con un incensario de oro y se puso de pie ante el altar. Se le dio mucho incienso para que lo ofreciera junto con las oraciones de todo el pueblo de Dios sobre el altar de oro que estaba delante del trono. De la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso junto con las oraciones del pueblo de Dios. Entonces el ángel tomó el incensario, lo llenó de fuego del altar y lo arrojó a la tierra. Hubo truenos, ruidos, relámpagos y un terremoto. Apocalipsis 8:3-5.
Muchos maestros identifican a este ángel como el propio Jesús. En el Antiguo Testamento, mientras Israel marcha por el desierto, es guiado por un gran ángel llamado el Ángel de Yahvé. La mayoría de los estudiosos de la Biblia creen que se trata de una aparición del Cristo preencarnado, que guía a su pueblo a través del desierto. Puesto que Israel está en primer plano en este libro de Apocalipsis, tendría sentido que el Ángel del Señor aparezca de nuevo en relación con esa nación..El Nuevo Testamento también nos enseña que Jesús es un gran Sumo Sacerdote para su pueblo. El libro de Hebreos nos dice que Jesús es ahora un Sumo Sacerdote que intercede por los santos (Hebreos 3:1). Esto es claramente lo que este ángel-sacerdote está haciendo aquí. Toma fuego del altar de bronce, le añade incienso, junto con las oraciones de los santos, y los ofrece en el altar de oro del incienso ante Dios. Es una descripción maravillosa que nos dice mucho acerca de la función de la oración.
¿Alguna vez has sentido que tus oraciones ni siquiera son escuchadas? Según esto, las oraciones de los santos, especialmente las oraciones de intercesión, son como una fragancia en las narices de Dios. Le deleitan. Él huele en ellas un recuerdo del carácter de Jesús, Aquel que se entregó por los demás. Cuando estas oraciones se mezclan con el incienso provisto por el gran ángel mismo, deleitan a Dios. Pero más que eso, mueven a Dios a la acción. Si quemar incienso es un símbolo de las oraciones de los santos que imploran a Dios que actúe, entonces devolver ese fuego a la tierra es un símbolo de la oración contestada. En otras palabras, hemos llegado al tiempo en que Dios responderá las oraciones de su pueblo. ¿Cuál es el resultado? Leemos que hubo truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto. Estas visiones y sonidos marcan el fin de esta era presente y la apertura del reino de Dios sobre la tierra.
Hay una oración que el pueblo de Dios ha hecho en todas las épocas y que aún no ha sido contestada. Esta oración ha sido hecha por los santos de Dios desde el amanecer de la humanidad. Es la oración que Jesús enseñó a sus discípulos a orar: “ Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Esa oración aún no ha sido contestada; no hemos visto el reino de Dios visiblemente en la tierra. Invisiblemente está presente en la iglesia y se ve en el gobierno de Dios sobre los asuntos de los hombres, pero visiblemente la oración nunca ha sido contestada. Pero cuando lleguemos al final de estas tres series de juicios, encontraremos que las oraciones de los hombres finalmente se cumplirán.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Padre mío y Dios mío, anhelo el día en que esa gran oración de los santos sea respondida: Venga tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. En tu amado nombre Jesús. Amén.
Aplicación de vida
¿Oras con la confianza que tus oraciones no sólo deleitan a Dios sino que lo mueven a la acción?
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.


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