Pastoréa mis ovejas

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

«Señor, quiero estar siempre dispuesto, sin importar mi profesión, a pastorear a tus ovejas pues quiero darles lo mismo que he recibido de ti. En el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Le dijo: Pastorea mis ovejas” Juan 21:16b.
3. Reflexiona
¿Por qué Jesús encarga a alguien como Pedro, un pescador de profesión, el pastorear ovejas si esa no es su experiencia? Aunque bien es cierto que Pedro no tenía la experiencia de pastorear, sí tenía el conocimiento de lo que esto implicaba, pues al ser el pastoreo un oficio tan conocido en esa época era fácil entender que el objetivo del pastor no era otro que el velar por el bienestar de sus ovejas, pues al ser ellas criaturas tan indefensas, su cuidador debía estar pendiente en todo momento de su alimentación, sanidad, protección y dirección, pues éstas debían ser dirigidas a lugares seguros en donde pudieran estar en paz. Pero Pedro no solo había podido ver desde lejos lo que los pastores hacían, sino también desde su vivencia, pues él mismo como oveja, había experimentado lo que es ser pastoreado, en este caso por Jesús. Su Pastor lo había alimentado con lo mejor, su palabra; lo había sanado, pues como aceite a sus heridas fueron las palabras del Señor cuando transformó su pensamiento, pues ahora al escuchar cada canto de un gallo no recordaría cómo negó al Señor sino las tres veces en las que expresó su amor por Jesús; pero también de Él recibió protección, pues al Jesús haber muerto en la cruz lo rescató de vivir una vida eterna sin Dios (1 Pedro 1:18-19).Al igual que Pedro, tú y yo estamos llamados a pastorear a aquellas ovejas que están afuera, desamparadas, dispersas y sin nuestro Pastor Jesucristo. Así que pidámosle al Espíritu Santo de Dios que en este día se despierte en nosotros el mismo sentir que tuvo Jesús, que cuando vio a esas personas en el mundo sin Dios, movido a misericordia las sanó, las alimentó y las llevó a descansar en sus verdes pastos de amor.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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