Tomado de: Turista
Por María Lozano
Roberto, un empresario millonario, tenía dos hijos:Andrés, el mayor, soñaba con formar su propia empresa. Era ambicioso, trabajador y responsable. Se casó joven y formó una familia. Mateo, el menor, tenía la diversión y el lujo como prioridad. Prefería gastar antes de ahorrar.
Un día, Andrés le pidió a su padre un préstamo para iniciar su propio negocio, al cual su padre accedió. Mateo, muy celoso, también pidió un préstamo, pero no fue precisamente para emprender. Él quería las mejores vacaciones en un crucero de lujo. Sorprendentemente, su padre aceptó.
Pasaron los meses y a Andrés no le iba bien. Su empresa no despegaba. Con vergüenza de acudir a su padre, llamó a su hermano.
—Hola Mateo, soy Andrés. Hermano, necesito urgente que me puedas hacer un préstamo. Prometo devolver el dinero en dos meses.
—Mmmm… no lo sé, Andrés. Eso podría afectar mis vacaciones. Que te parece si te doy el dinero, pero con un 20% de interés. Así, cuando empiece a viajar por el Caribe, me devuelves con creces. —respondió Mateo..—Hermano, acepto tus condiciones. —dijo Andrés, resignado.
Tiempo después, la empresa de Andrés empezó a generar ganancias, pero no eran lo suficiente para pagar sus deudas. Apenas podía mantener a su familia. Preocupado, decidió hablar con su padre y explicarle su situación. Roberto lo escuchó atentamente y le dijo:
—Hijo, no te preocupes más por esa deuda. Yo te la perdono.
Andrés respiró aliviado y continuó trabajando arduamente. Tenía fe en su empresa.
Cuando Mateo se enteró de lo ocurrido llamó a don Roberto:
—Papá, estoy pasando por una mala racha. No puedo devolverte el dinero prestado. ¿Me perdonarías las deuda?
Roberto suspiró y dijo:
—Hijo, está bien, no debes pagarme nada. Solo regresa a casa, trabajemos juntos otra vez.
Pero Mateo no regresó. En lugar de eso llamó a Andrés para cobrarle y poder seguir de vacaciones. Como habían pasado más de dos meses Mateo exigió a Andrés un interés moratorio y terminó cobrándole 50% extra.
Cuando Roberto se enteró de lo que hizo Mateo, explotó.
—¡¿Cómo puedes ser tan caradura?! ¡Eres un sinvergüenza! Yo te perdoné tu deuda sin condiciones y tú no fuiste capaz de mostrarle compasión a tu hermano! ¡No trabajarás conmigo hasta que entiendas lo que significa el PERDÓN!
—Bien, yo me puedo valer por mi mismo. —respondió Mateo, colgó y desapareció sin más.
Al cabo de unos años, Andrés tenía éxito con su empresa. Se encontraba en casa de Roberto almorzando cuando de pronto tocaron la puerta intensamente. Al abrirla, vieron a Mateo, demacrado, triste y completamente derrotado por la vida. Roberto corrió hacia él.
—¡Hijo mío! ¡Has vuelto! —dijo entre lágrimas.
Mateo no podía mirar a su padre a los ojos, con la cabeza gacha pronunció:
—Perdón. —Y rompió a llorar.
Roberto abrazó a su hijo fuertemente durante varios minutos.
Andrés observaba y no lograba entenderlo. Después de todo lo que había pasado... ¿Cómo podía su padre recibirlo así? Cuando tuvo la oportunidad preguntó a su padre:
—Papá, ¿por qué eres tan bueno con él después de todo lo que hizo?
Don Roberto sonrió con ternura y respondió:
—Hijo mío, este hermano tuyo estaba muerto, pero hoy ha vuelto a la vida. Mateo estaba perdido, pero ha sido hallado. Es motivo de alegría.
Ese día, ambos hijos aprendieron el verdadero significado del PERDÓN. Andrés decidió darle una oportunidad a Mateo dentro de su empresa. Con el tiempo, Mateo aprendió lo que era el arrepentimiento sincero y comenzó a valorar las cosas importantes en la vida: la familia, el trabajo duro… y sobre todo, el amor incondicional.
El PERDÓN no es debilidad, es la mayor fuerza que puedes ofrecer. No se trata de borrar el pasado, sino de abrir las puertas a un futuro mejor. Y esto lo demuestran Roberto, al recibir a su hijo perdido; y Andrés, al darle un nueva oportunidad a su hermano. Recuerda: "El perdón libera el alma".
Elige perdonar porque "el que no perdona, no encuentra paz". Suelta el enojo, el resentimiento. La vida es muy corta para vivir con rencores que solo te envenenan a ti. Abraza a tus seres queridos, perdona sus errores y crece junto a ellos. Ten presente que tu éxito no está en los lujos, sino en el amor que te espera en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario