Tomado de: Guillermo Rosales Medellín
Por María Lozano
y adentro de esta habitación,
el tiempo se detuvo.
Se fue deteniendo lento, muy lento,
conforme avanzaba el tiempo,
sin aviso.
Olvidando la arrogancia del día,
la distracción, de un arrebato laboral,
hasta la incertidumbre climatológica..Llegábamos con la felicidad de encontrarnos.
Esa cita de diciembre en mi ciudad, día diecisiete, decembrino.
Quién hubiera imaginado,
que sería una noche épica,
con la fantástica ferocidad de quien ama,
con el grado natural de la humedad afuera, en la ciudad.
Y adentro, en la habitación, de quien ama, y quien corresponde.
La conversación era nada, una cerveza, dos, tres.
El escaso frío de pronto se olvidó, e incrementándose más la humedad.
La habitación se fue caldeando,
y la pasión derritió el momento épico.
Fuimos introduciéndonos al laberinto de nuestros cuerpos.
Tus manos no paraban, y mi virilidad aumentaba.
Nos tomamos cual libro que nos atrae, desde el primer párrafo.
Hoja por hoja, deleitados del éxtasis del momento.
El repertorio amplio de tu cuerpo, me incitó a no detenerme.
Y tal cual, no me detuve, hasta agotarnos de amor.
La faena terminaba, y ambos satisfechos esbozábamos una enorme sonrisa.
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
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