Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios—. Hablen con ternura a Jerusalén y anuncien que su arduo servicio ha terminado, que su pecado ha sido pagado, que ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados. Isaías 40:1-2.Si conoces el Mesías de Händel, seguramente oirás la música de ese gran oratorio resonar en tu mente al leer los versículos del capítulo cuarenta de Isaías. Händel eligió los primeros versículos de este capítulo para el coro inicial del Mesías.
En una obertura musical, los temas de toda la pieza que sigue se presentan primero de forma breve. Esto es lo que encontramos en los primeros once versículos del capítulo 40, con los que Isaías introduce los capítulos siguientes. Cabe destacar que su primer énfasis es esta maravillosa palabra de perdón a Israel. El profeta parece ser transportado en el tiempo hasta la crucifixión y resurrección de Jesús. Se le ordena anunciar a la nación desobediente que la base para su perdón ya se ha cumplido. Debe hablar al corazón de Jerusalén (eso es lo que significa la palabra con ternura ), que su arduo servicio ha concluido, que su pecado ha sido espiado..Esa última frase, «doble por todos sus pecados», no significa que Dios haya castigado a la nación el doble de lo que sus pecados requerían. Se refiere a una costumbre oriental. Si un hombre tenía una deuda que no podía pagar, su acreedor escribía el monto en un papel y lo clavaba en la puerta principal de su casa para que todos los que pasaran vieran que se trataba de un hombre que no había pagado sus deudas. Pero si alguien pagaba la deuda por él, entonces el acreedor doblaba el papel y lo clavaba en la puerta como testimonio de que la deuda había sido pagada en su totalidad. Por lo tanto, esta hermosa imagen es el anuncio a Israel como nación que, en la muerte y resurrección de su Mesías, su deuda ha sido pagada en su totalidad.
Hoy también, judíos y gentiles recibimos el mismo maravilloso anuncio sobre nuestros pecados. En la gran declaración de Pablo en 2 Corintios, dice: «Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta sus transgresiones, y nos encomendó a nosotros el ministerio de la reconciliación» (2 Corintios 5:19). Ese es el evangelio: la buena noticia. Quizás te sientas agobiado por los errores, las cosas malas que has hecho o el daño que has causado. A ti se dirige esta maravillosa palabra de perdón y reconciliación. Solo necesitas confesar tu pecado y creer que Dios mismo ha llevado tus pecados: tu iniquidad te es perdonada, has recibido del Señor el doble por todos tus pecados.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Gracias Padre mío y Dios mío, por el consuelo de tu perdón que me ofreces a través de tu Hijo, Jesucristo. Amén.
Aplicación de la vida

Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.



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