Por María Lozano
Issac Rankin, cuenta que cuando era niño quedaba asombrado al ver que los pájaros se posaban sobre los cables eléctricos sin que les sucediera nada malo, siendo que le habían dicho que por estos tendidos corría con tal fuerza la energía eléctrica que era capaz de mover máquinas y trenes....
Un día, aprovechó que un electricista había ido a su casa a hacer un trabajo y le preguntó cómo eso podía ser posible.
– Sí, hijo – fue la respuesta – Es porque cada pájaro se apoya solamente sobre un cable. Si un pájaro se pusiera sobre un alambre cercano a otro y lograra establecer contacto con él caería en el acto fulminado a tierra.
Esto mismo sucede en nuestras vidas cuando deseamos estar bien con las cosas de Dios y las del mundo, cuando tenemos el corazón dividido.
Para poder estar seguros, debemos estar parados en un solo cable, caso contrario corremos el riesgo de perder nuestra vida. Por algo Jesús nos advierte que no podemos servir a dos señores.
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Lucas 16:13 (RVR1960)
¿A quién estás sirviendo?
Puedes llevar varios años asistiendo a la iglesia, puedes conocer la Palabra de Dios y puedes tener la mejor de las intenciones en tu corazón pero, si paralelamente tienes un pie en las cosas del mundo, corres el gran peligro de perder tu vida. No te arriesgues a que ambos cables choquen, mantente firme en Dios.
Al permanecer en un solo cable podrás gozar de la paz y seguridad que te ofrece Dios; el vivir tan cerca de otro alambre eléctrico te mantendrá inquieto, ansioso, lleno de incertidumbre porque sabes, en tu mente y corazón, que estás en peligro, que con un viento suave ambos cables puede chocar y el resultado será lamentable.
Decide en qué lugar quieres estar y mantente firme en él para que puedas disfrutar de las bendiciones que te ofrece Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario