Tomado de: Devocionales
Por María Lozano
Cuando los hombres dicen siempre, no siempre ocurre como dicen. Siempre, es una palabra demasiado abarcadora, por eso generalmente la usamos mal. Por ejemplo, cuando decimos: “siempre puedes contar conmigo”, no siempre cumplimos. Tal vez tenemos la mejor intención y nuestras palabras son sinceras. No obstante, la realidad es que se presentan circunstancias imprevistas que no nos permiten cumplir nuestra palabra como quisiéramos.
Afortunadamente, con nuestro Dios no ocurre así. Cuando Dios dice “siempre”, significa siempre, y siempre va a ser siempre. De modo que cuando el Señor le dijo a Israel en Isaías 41, que no temiera porque siempre podía contar con su ayuda, ellos podían descansar en esa maravillosa palabra que les había sido dada. Dios expresó a Israel la razón para ese cuidado celestial en sus vidas. Él era su Dios, les sostenía y les ayudaba. Is. 41:13 Es muy cierto que estas palabras fueron dirigidas al pueblo de Israel, pero nosotros los que somos sus hijos, los que sabemos que Jehová es nuestro Dios podemos confiar en que ese cuidado de Dios es también para nosotros. Él es nuestro Ayudador de día o de noche, en las buenas o en las malas, con lluvia o con sol. Podemos confiar en que siempre su mirada está sobre nosotros y su ayuda y su cuidado nos acompañan en el camino.Vers. Is. 41:10, Is:41:13
Oración
Dios amado, qué bueno es saber que eres fiel y verdadero. Descanso en tus promesas y en tu fidelidad para cumplirlas. Me da paz saber que cuando dices: “siempre te ayudaré” no hay momentos ni espacios en que no esté bajo tu tierno y amoroso cuidado. Resisto toda mentira del enemigo que quiera robar la paz de mi alma y descanso en la certeza de que siempre estás conmigo. A ti sea la gloria. En el nombre de Jesús, amén.
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