Tomado de: Nuestro Pan Diario
Por María Lozano
Dame entendimiento. Y guardaré tu ley. Y la cumpliré de todo corazón (Salmo 119: 34).
El joven vendedor se acercó al granjero y, emocionado, le habló del fantástico libro que estaba vendiendo. Dijo que contenía toda la información necesaria para administrar una granja que produjera ganancias: cuándo sembrar, cuándo cosechar, cómo pronosticar el tiempo, cómo cuidar el ganado; en fin, todo lo que haría triunfar a un granjero.El hombre, escuchó con paciencia y, después, contestó: “Yo sé todo lo que dice su libro. Mi problema es hacerlo”.
Este puede ser también nuestro problema cuando leemos la Biblia. Aunque no sabemos todo lo que hay en el Libro de Dios, quizá conozcamos bien los hechos que contiene y las doctrinas que enseña, pero, a menudo, nos resulta difícil poner en práctica la página impresa.
Tal vez seamos como el hombre que, a veces, escribía en los márgenes de un libro que estaba leyendo: “SPC”, que significa: “Sí, pero ¿Cómo?. Cuando le preguntaron qué querían decir esas letras, explicó: “Estoy de acuerdo con lo que dice el autor, pero no sé cómo pasar esa verdad de la página a mi vida”.
¿Tienes ese problema cuando lees la Biblia? Si es así, no te desanimes tanto como para dejar de leerla. En cambio, pídele a Dios que te ayude a entender su Palabra y, después, obedécela de todo corazón ( Salmo 119: 34).
Estudia la Biblia para ser sabia, créela para ser salva, practícala para ser santa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario