Tomado de: Devocionales
Por María Lozano
Sacar la basura siempre fue una tarea para el más chico de mi familia. Era el trabajo más bajo. Pero en la antigüedad para una familia Hebrea, el trabajo más bajo era cuidar a las ovejas. Un pastor de ovejas tenía que quedarse con ellas, proveer para sus necesidades, protegerlas y liderarlas. David era el más joven de los hijos de Isaí quien se convirtió en rey de Israel y escribió el Salmo 23. Sabía mucho acerca de pastorear ovejas porque lo vivió de primera mano.
David sabía que las ovejas están entre los animales más densos que Dios creó. Son lentas, indefensas, se asustan fácilmente, y rara vez son capaces de encontrar comida o agua por sí mismas. Necesitan un pastor que represe un arroyo para que el sonido de su corriente no las asuste, para llevarlas a nuevos pastos después de haber rebajar la hierba hasta sus raíces, para protegerlas de los depredadores y de su propia falta de habilidades de supervivencia. Sin un pastor, el peligro es igual a muerte para las ovejas. Con un pastor, las ovejas pueden disfrutar de verdes pastos, beber de aguas tranquilas y vivir con seguridad.Esa es la imagen que David nos da en el Salmo 23 de la relación entre Dios y su pueblo. Probablemente la imagen fue bastante sorprendente para sus primeros lectores: Dios teniendo el trabajo humilde de cuidar algunos de los animales más bajos de la creación. Pero un pastor cuidando sus ovejas indefensas es una imagen tierna e íntima de compasión y cuidado. Este es el tipo de relación que Dios quiere con nosotros y es exactamente el tipo de relación que necesitamos, especialmente en una crisis.
Fíjate que David no dice: "El Señor es el pastor". Dice: "El Señor es mi pastor". Este Dios es personal, no sólo el alto y santo Dios de la majestad, sino el Dios presente y protector de cada detalle de nuestras vidas. Él cuida, entiende, alimenta y ama a sus ovejas. Quiere que dependamos de él para todo.
Jesús se presentó a sí mismo en este papel de "buen pastor" (Juan 10:11) porque quiere que estemos seguros de que se compromete a satisfacer todas las necesidades físicas, emocionales y espirituales que podamos tener. Se preocupa más de lo que podemos imaginar. Conoce todos los dolores, problemas y miedos, y quiere llevarnos a pastos seguros. Incluso en nuestras peores crisis, podemos confiar en él con nuestras vidas
No hay comentarios:
Publicar un comentario