Mi esperanza puesta en Dios

Tomado de: El Poder de Orar
Por María Lozano

" Toda mi esperanza la tengo puesta en Dios, pues aceptó atender mis ruegos." Salmos 40:1
La paciencia es una virtud. También es una forma en la que el Señor nos da Sus bendiciones. Así como la naturaleza espera pacientemente a que la lluvia y el rocío caígan, de esta misma manera los santos pacientes esperan a que el Eterno derrame Sus bendiciones sobre ellos....
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.” (Santiago 5:7)

Por lo tanto, esperamos y oramos, sabiendo que Jesucristo esta plenamente consciente de nuestras necesidades. Cuando esperamos y confiamos en el Señor, aun en medio de las tribulaciones, Él prepara nuestra mente, corazón y carácter, ya que “la tribulación produce paciencia, y la paciencia, carácter. ” (Romanos 5:3-4) 
Cuando esperamos pacientemente y oramos, descubrimos la voluntad y el propósito del Eterno en las cosas que más nos preocupan. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que lo busca. " (Lamentaciones 3:25) 
Sabemos que es difícil ser paciente cuando realmente queremos algo. Pero Nuestro Padre celestial sabe lo que necesitamos y nos suple cuando somos capaces de manejar Su bendición. Mientras que el orgullo por el contrario, exige tener las cosas ahora, pero la humildad ve sabiamente el valor de la espera. 
Una persona humilde se centra en la relación con Jesús mientras espera pacientemente y deja que Él haga una obra de mayor gracia en su corazón. Tenemos que disfrutar de lo que ya tenemos y vamos a apreciar lo que recibimos con más fervor. Como Job que lo perdió todo, debemos esperar en el Señor y no perder la esperanza. “Nosotros tenemos por bienaventurados a los que sufren: Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin que le dio el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.“ (Santiago 5:11) 
Cuando apresuramos los planes del Señor o hacemos las cosas a nuestra manera, terminamos derrotados. Pero esperando en Él asegurará nuestra victoria y nos guardará de actos insensatos y precipitados. “Los que esperan en mí no serán avergonzados.” (Isaías 49:23) 
No debemos dejar que las circunstancias nos tienten a tomar el asunto en nuestras propias manos. el Eterno tiene un propósito para todo lo que experimentamos. Isaías habló de un Dios “que actúa en favor de quienes en Él confían“ (Isaías 64:4). Mientras esperamos activamente, Él trabaja activamente. Piense en esto: Cada día, tenemos el mayor Mediador trabajando para nosotros., y aunque la espera puede ser una de las cosas más difíciles en la vida cristiana no es tiempo perdido. Durante los períodos de espera, el Señor nos enseña lecciones que no hemos podido aprender de otra manera. Durante este tiempo, Él fortalece nuestra fe, e incluso puede cambiar nuestras circunstancias. Su propósito es mantenernos en sintonía con Él, mientras Él nos prepara para recibir las respuestas que necesitamos oír. Efesios 1:11 dice que el Padre “hace todas las cosas según el designio de su voluntad.” 
Esperar en el Señor lleva su tiempo. Incluso cuando nada parece estar sucediendo; tenemos que permitir que el Eterno establezca el ritmo de nuestras vidas. Cuando obedecemos, Él nos honrará a Su debido tiempo: “Y así después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo prometido. ” (Hebreos 6:15). 
Así que cuando esperamos en el Señor, esto significa que confiamos en Su tiempo, y sabemos que Él contestará nuestras oraciones. Amén.

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