Tomado de: Lámpara es a mis pies tu palabra
Por María Lozano
*Rom 8:26-27*“ Y de igual manera el *Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,* pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. *Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,* porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”
Cuando intercedemos no es por nuestra propia habilidad o un mérito:
Reflejo de la imagen de Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en nosotros.
*Nuestros mejores maestros en la intercesión: Jesús y el Espíritu Santo.*.La intercesión necesita, para ser efectiva, ser hecha conforme a la voluntad de Dios.
*Cuando intercedemos nos ponemos en la brecha delante de Dios a favor de una persona, familia, iglesia, comunidad y/o nación:*
En primer lugar, para que el juicio de Dios no se manifieste contra ellos.
En segundo lugar, para que se arrepientan de sus malos caminos.
En tercer lugar, para que se haga la voluntad de Dios en ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario