Tomado de: Guillermo Rosales Medellin
Por María Lozano
Nunca imaginé tanta felicidad como este momento,inexplicable,
inmejorable,
sin igual,
único.
Tener en tus manos ese pedacito de cielo,
ese cuerpecito tan frágil,
tan bello
y real.
Verlo crecer,
caminar,
hablar,
aprender,
reír
y también llorar..Te cambia la vida totalmente.
Te mejora la vida totalmente.
Te hace volver a tu infancia,
porque te invita y te hace partícipe de sus juegos.
Nada que un abuelo no pueda hacer por sus nietos.
Es lo más maravilloso de la vida,
para un abuelo... los nietos.
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