Tomado de: Entre café y libros - Guillermo Rosales Medellín
Por María Lozano
Leo mucho, leo para no dormir, quiero mantenerme despierto porque siempre que me duermo, es como si me muriera siempre. Alguien me dijo que detrás del horizonte está el mar, a mí no me gusta el mar, lo respeto, prefiero la ciudad. Hay que tener cuidado de no caer en el fondo del mundo, lo mejor será percibir el aroma del petricor o el sonido fastuoso del aleteo de los pájaros. Y las personas cuando envejecen retroceden, olvidan, repiten, será difícil para los que cuidan de ellos. A veces llegan algunos segundos de silencio como si todos se pusieran de acuerdo para descansar un poco al mismo instante y es cuando queda ese recuerdo de lo dicho, de esa última frase y te retumba en la cabeza, y queda en el aire. En este universo hay tantas cosas por descubrir, lo inevitable, por ejemplo, ese espacio que está entre el deseo y la vida, no se vive para ganarle a nadie, se vive para servir, compartir, dar.
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