Tomado de: el Poder de Orar
Por María Lozano
«Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús» (Juan 13:23).Somos bendecidos al tener un Salvador fiel en quien podamos confiar ante cada una de nuestras situaciones agobiantes, ante la duda, ante el miedo, ante la inseguridad del porvenir. Y es que Jesús nos ha dicho: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28)..¿Porque llevar nuestras cargas solos si contamos con un Padre misericordioso que nos sostiene y cuida de nosotros? Cómo Juan en ese momento apremiante de la partida de Jesús, se apoyó físicamente sobre Él para sentir la seguridad de Su resguardo, así
i recostémonos nosotros en la misericordia, compasión y bondad del Señor para confiarle a Él con fe cada una de nuestras cargas. Amén.
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