Tomado de: Sagrada Palabra
Por María Lozano
"Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata." Proverbios 16:16
La búsqueda del cambio y la energía positiva se presenta como una constante anhelo en el corazón humano. La sed de transformación, el deseo de mejora y la necesidad de vibrar en una sintonía más elevada son aspectos fundamentales de la existencia. Es en este camino de exploración interior y conexión con lo divino que se teje el tejido de la Fe, una fuerza poderosa que puede iluminar el camino hacia el cambio y la energía positiva.Cada día, enfrentamos un abanico de situaciones, desde nuestros proyectos personales hasta los lazos familiares y las relaciones de pareja. Nuevas amistades florecen, mientras que las antiguas se mantienen como pilares emocionales en nuestra vida. Las actividades que realizamos por placer o deber llenan nuestros días. Lo que quizás no siempre tenemos en cuenta es la influencia de la energía que proyectamos en todo esto..
Nuestra actitud y energía no son meros acompañantes de la vida cotidiana; son fuerzas impulsoras que determinan cómo vivimos y experimentamos cada momento. La energía positiva es como un imán que atrae situaciones y personas afines, mientras que la negatividad tiende a ahogar nuestras posibilidades de crecimiento y felicidad.
"Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero, cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después." Eclesiastés 7:14
En la búsqueda de una vida plena, la espiritualidad juega un papel fundamental. Aquí es donde entra en juego la importancia de otorgar espacio al Espíritu Santo en nuestras vidas. Este espacio, que a menudo descuidamos, es el que podría proporcionar la energía divina que necesitamos para vivir plenamente y con propósito.
La Fe no es solo una creencia abstracta; es una fuerza dinámica que puede transformar nuestro ser y nuestra vida. Al abrir nuestro corazón al Espíritu Santo, permitimos que esta energía fluya a través de nosotros, iluminando cada rincón de nuestra existencia. Esta es la clave para vivir en armonía con la voluntad divina y para abrazar la energía positiva que proviene de Dios.
Cuando el Señor irrumpe en nuestras vidas, se encienden los fuegos del amor y la pasión espiritual. Experimentamos una conexión única con lo divino, una sensación de paz y amor que nos llena hasta lo más profundo. La Fe en Dios no es una mera creencia; es un vínculo viviente con el Creador del universo.
Este encuentro con lo divino no solo nos llena de amor y gratitud, sino que también nos otorga la capacidad de descubrir nuestra singularidad y riqueza interior. Cada paso en el camino de la Gloria de Dios nos permite profundizar nuestra relación con el Señor y nutrir nuestra esencia espiritual.
"Así de dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que no será destruida." Proverbios 24:14
Cada día, se nos brinda la oportunidad de confiar en nuestro Padre Celestial, de apreciar Sus bendiciones y de abrazar el camino que Él nos guía a recorrer. Esta oportunidad es un regalo divino, y depende de nosotros si lo aprovechamos. Para ello, es necesario abrir nuestros ojos y corazones para reconocer esta invitación divina.
A menudo, nos encontramos en etapas de nuestras vidas en las que la exigencia y la tensión son compañeras constantes. Nos presionamos para dar más de lo que nuestro cuerpo y mente pueden soportar. Esta sobrecarga emocional y mental puede afectarnos profundamente, agotando nuestras energías y socavando nuestra capacidad de mantener una actitud positiva.
Sin embargo, en estos momentos de tensión, es donde la oración y las Sagradas Escrituras pueden ser nuestro refugio. La comunicación con Dios y la sabiduría contenida en las Escrituras pueden guiarnos en medio de las sensaciones abrumadoras y los sentimientos negativos. No debemos llevar nuestras energías al límite. Este sacrificio extremo solo conduce a un agotamiento que no vale la pena. En lugar de eso, es fundamental organizar nuestro tiempo, creando espacios para el autocuidado y la renovación emocional. Estos momentos de conexión con Dios en oración y de cercanía con nuestros seres queridos son esenciales para recuperar la energía y la positividad.
"Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza." Jeremías 29:11
Movernos en el camino del Espíritu Santo, siguiendo nuestros sueños y deseos más profundos, nos brinda alegría y satisfacción. Cuando abrazamos esta senda, nos acercamos a Dios y nos sentimos plenos. La búsqueda de la felicidad, entonces, no es solo una aspiración terrenal; es un llamado divino.
La búsqueda de la energía positiva y el cambio en nuestras vidas es un proceso continuo que requiere esfuerzo y Fe. Conectar con lo divino a través del Espíritu Santo puede ser la fuente última de energía y entusiasmo. La Fe no es solo una creencia pasiva; es una fuerza activa que puede impulsarnos hacia el cambio y la positividad.
Recordemos siempre que nuestra vida diaria está llena de desafíos, pero también de oportunidades para crecer y conectarnos con lo divino.
A través de la oración, la lectura de las Escrituras y la búsqueda de nuestros sueños, podemos encontrar el equilibrio, la renovación y la felicidad que anhelamos. La energía positiva y la Fe son compañeras inseparables en nuestro viaje espiritual y personal hacia una vida más plena y significativa.
"Movernos en el camino del Espíritu Santo, siguiendo nuestros sueños y deseos más profundos, nos brinda alegría y satisfacción".
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