Tomado de: Guillermo Rosales Medellín
Por María Lozano
Era inevitable no sentirse en el paraíso estando a su lado, los días parecían de 217 horas y la noche era utópica e inacabable. Su risa, la más bella que jamás antes vi..
Dime, cómo no desearla, besarla, amarla y volverla a amar, a mi Princess.
En esa habitación de doble cama innecesaria, con un cuadro de cuadros y frigorífico vacío.
De esos sueños y despertares eternos.
De ese libro inédito, en el cual mi nombre y el suyo prevalecerán.
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
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