Tomado de: El Retorno de las diosas
Marga Gusman
Por María Lozano
Hay que acostumbrarse a caminar más despacio, a despedirse de quien fuimos y a dar la bienvenida a quien somos hoy. Cumplir años no es solo cuestión de tiempo, sino de valentía: aceptar nuestro nuevo rostro, abrazar con orgullo el cuerpo que nos acompaña y soltar los miedos, los prejuicios y las cargas que el tiempo no logró borrar..Hacerse viejo es aprender a estar con uno mismo, a dejar ir lo que ya no suma, y a valorar lo que aún permanece. Es entender que la vida cambia, que las despedidas son parte del camino y que cada lágrima puede abrir espacio a nuevas sonrisas, nuevos sueños y nuevas razones para seguir adelante.Un texto de Alejandro Jodorowsky que nos recuerda que la vejez también puede ser un acto de amor propio, de sabiduría y de renacimiento.
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