Tomado de: Guillermo Rosales Medellín
Por María Lozano
Oh, lluvia bendita que moja y no acongoja, ni borra tus besos,tampoco mis suspiros, y le haces bien a los cerezos
y tú a mí, cada vez que te miro.
En este hartazgo de confinamiento y desiertos citadinos,
los sueños crecen tanto como la distancia..La voz interna de mis duendes me hacen recordarte,
y el deseo de tenerte se apagará al poseerte.
Oh, lluvia, siempre oportuna, que oculta a la luna.
Confundiendo lo empañado del cristal, de esa ventana que da al soportal,
con la saciedad de nuestra tarde excitada
o el vaho carnal que expedimos... y no queda nada...
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
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