Tomado de:Gabriel García Marquez
Jr. Arenivas
Por María Lozano
una confesión callada entre ella
y sus palabras...
No hay testigos, no hay ruido,
solo el susurro lento de lo que arde
por dentro...
Solo ella sabe a quién le tiemblan
los versos, a quién le duelen los silencios
que escapan del papel, a quién le canta
aunque ya no esté, aunque nunca haya
estado....Tal vez escribe al amor
que se le fue sin despedida, a esa caricia
que aún vive en la piel, al suspiro atrapado
en el centro del pecho...
O quizá le escribe a la mujer que fue un día,
la que se dejó, la que soñaba, la que ahora
solo regresa cuando se sienta frente
a las palabras...
Escribir es nombrar lo que no se dijo,
es devolverle la forma a lo perdido,
es mirar al vacío y llenarlo de versos
que sangran lento...
Y sin embargo, quien lee, también lleva
su duelo, su memoria herida, sus propias
palabras no dichas...
No importa quién firma el poema, porque
cuando ella lee, lo reviste con su nostalgia,
con su historia a cuestas...
Busca ahí el reflejo de una voz que extraña,
en el perfume de una despedida, en el eco
de un nombre que no se olvida...
Lee como si alguien te hablara, como si entre
las letras alguien supiera su pena exacta,
como si esa escritora desconocida o escritor
no conocido hubiera espiado tu alma y le hubiera escrito con ternura...
Y es ahí, en ese cruce invisible, donde dos almas
que se tocan sin verse, una escribiendo en la madrugada para quien no lo leerá jamás, y la otra
leyendo en silencio, pensando en quien nunca
escribió...
Existe un pacto secreto, un puente de sombra
y luz, donde el dolor se vuelve belleza, y el amor
ese que duele, que salva, que queda y se queda
a vivir en el lugar exacto de cada palabra...
Jr arenivas
dedicado a ellas...
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