Tomado de: Hostilio Macias
Por María Lozano
Había mucho garbocuando ponía
su cuerpo a andar,
en su boca
era todo prosa
al hablar,
reflejarme en sus ojos
era cuanto yo quería
y mirar su sonrisa
para mi alma alegrar,
todo lo demás
lo podía imaginar,
pero no hace falta
a nadie contar,
si las estrellas
la hubieren podido ver,
seguro de envidia
sentirían desfallecer.
De tanto admirar
empecé a notar,
que aunque cercana
muy lejana
ella podría estar,
si la tomara
de la mano solía pensar,
nunca más
la habría de soltar..Vivir unidos
un anhelo hubiese sido,
pero
¿merece una flor
perder todo su esplendor
por cortarla
y ponerla en un jarrón?,
o condenar a un gorrión
a que nos deleite
con su canto
desde la jaula
que es su prisión.
Por más más que sea
parte de tu sueño,
la belleza
no puede tener dueño,
debe vivir siempre
¡en libertad!.
De mis sueños, sueño.
HOSTILIO MACÍAS
Guayaquil, Ecuador
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