Tomado de: El Retorno de las diosas
Por María Lozano
No se trata de esconder las arrugas, ni de fingir que una tiene veinte cuando ya ha vivido más de medio siglo. Se trata de caminar firme con los años encima, con la frente en alto y la dignidad bien puesta… porque sí, se puede bailar, reír, disfrutar, hasta hacer locuras… pero sin perder el alma en el intento.
No hay nada más hermoso que una mujer mayor que se ríe a carcajadas, que se arregla para ella, que baila sola en su sala con una copa de vino o un café entre manos, que se mira al espejo y se reconoce con amor..Pero también hay algo triste cuando una se pierde tratando de gustarle a un mundo que ya no la ve, cuando se disfraza de juventud en lugar de vestirse de experiencia.
Yo digo que está bien subir videos bailando, cantar en la regadera, pintarse los labios rojos a los setenta si se quiere. Pero desde el amor, no desde el vacío. Desde el orgullo de ser quien una es, no desde la desesperación de agradar.
Envejecer con gracia no es quedarse quieta ni apagarse, al contrario. Es brillar sin pedir permiso, es soltar lo que ya no nos va, y no hacer cosas que nos hagan perder la esencia, nomás por seguir la corriente.
Así que sí, vamos a bailar, a disfrutar, a ser libres.
Pero con esa dignidad que da el haber vivido tanto…
y con la belleza serena de quien ya entendió que la verdadera juventud… está en el alma.
Milka MagTorre
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