Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.Mateo 13:24-26
Esta parábola trata también de la siembra. Pero la siembra es diferente de la que se menciona en la parábola del sembrador. Allí, la semilla era la Palabra de Dios. Pero en esta parábola la semilla no es la Palabra de Dios; es lo que Jesús llama, en el verso 37, los hijos del reino. Estas personas están puestas donde Dios quiere que estén, en el mundo. Dondequiera que estés, como hijo de Dios, has sido puesto ahí por el Señor Jesús. Es muy importante entender que Él te ha sembrado y te ha puesto donde estás. El campo es el mundo. En ese mundo de humanidad el Señor Jesús ha esparcido a los Suyos..Pues bien, dentro de ese mismo campo llegó un enemigo. Vino mientras los hombres estaban durmiendo, inconscientes de lo que estaba ocurriendo. Por pura malicia y odio sembró un cultivo propio que algunas traducciones llaman malas hierbas. Literalmente, es la planta que hoy llamamos cizaña, una hierba venenosa que se parece mucho al trigo. De hecho, cuando empieza a crecer al principio, ni siquiera un experto puede distinguirla del trigo. Pero al ir creciendo, comienza a cambiar, y para el tiempo de la cosecha, incluso un niño podría saber que no es trigo. Esta es la imagen que nuestro Señor emplea. Estas malas hierbas también son personas que se han sembrado. Jesús las llama hijos del malo (v. 38).
Jesús da a entender que Sus siervos se alterarán a la vista de estas malas hierbas en el campo, porque estarán creciendo entre el trigo. Los siervos le preguntaron: ¿Quieres que vayamos y las arranquemos? (v. 28). Nuestro Señor dijo que estas malas hierbas se sembrarían, no en el mundo en general, sino entre el trigo, en la iglesia. Así que el trigo son los verdaderos creyentes, y la cizaña son los que parecen ser verdaderos creyentes, pero son falsos y están creciendo justo en medio de la iglesia.
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega (v. 29). Ese es el mensaje de nuestro Señor. Es asombroso cuántos cristianos ignoran esas palabras de Jesús y están constantemente intentando purificar la iglesia. Vemos a gente marcharse e iniciar su propia iglesia, la cual va a ser una iglesia pura. No habrá herejía en ella. Los grupos se dividen y se llaman a sí mismos La Verdadera Iglesia, El Único Camino. Dicen que poseen la verdad y nadie más la tiene. Pero no se puede separar el mal de la iglesia. Va a estar ahí de alguna forma. Esto no significa que no tengamos que exponerlo y encararlo tajantemente con la enseñanza de la verdad. Sí que debemos hacerlo. Ni que debamos permitir que aquellos que muestran claras formas de error tomen el liderazgo dentro de la iglesia. Lo que nuestro Señor quiere que entendamos es que ningún esfuerzo humano va a eliminar el error de dentro de la iglesia: Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega. Esto significa: Tengo mi propio plan para gestionar esto, y nada de lo que podáis hacer va a eliminar el problema. Mantened vuestro mensaje positivo, predicad la Palabra, enseñad la verdad, tratad el asunto en vuestros propios corazones; excluidlos del liderazgo, sí, pero no intentéis eliminarlos. No emprendáis una cruzada sólo con el propósito de barrer el mal o el error, particularmente el error religioso, porque no tendréis éxito.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Señor mío y Dios mío, oro para que yo pueda ser un hijo del reino hoy, un maestro de la verdad que ayude a la gente a salir de la oscuridad. Pues la gloria del evangelio es que incluso aquellos que son hijos del maligno pueden ser transformados en hijos del reino. Danos sabiduría para tratar con los hijos del malo y así dejar todo en tus manos, en el nombre de Jesús. Amén.
Aplicación a la vida
¿Estoy demasiado ansioso por arrancar la cizaña sembrada entre el trigo?
¿Queremos expulsar de nuestras vidas a todos aquellos que no son de nuestro mismo sentir?
¿Crees que Dios puede cambiar a los hijos del malo?
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario