Tomado de: Entre café y libros
Por María Lozano
En honor a ese pedacito de cielo que acepto Marcela M. Arocha y con mucho respetoSer divino que llegaste a cambiar mi vida.
Eras tan pequeñita, pero de un enorme corazón.
Cuando nuestras miradas se encontraron supe que ya te amaba.
Sentí ese renacer, ese transformar de mi vida.
Si bien no eres de mi sangre, te llevo en mi sangre..Te llevo en mi mente, corazón y alma.
Mereces ser amada y tú me has enseñado a eso.
Existen personas que no saben qué hacer con tanto amor.
Y se deshacen de eso, de ese portento que la vida les concede.
Y habemos otras que deseamos ese prodigio para querer, proteger y amar.
La vida hace milagros y tú eres uno para mí y lo mejor que me ha sucedido.
Cómo no amarte si por ti soy lo que soy y agradezco al universo que estés conmigo.
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
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