Tomado de: Entre café y libros.
Por María Lozano
A menudo recordamos esos amores prohibidos,impotentes,
pero amores a fin de cuentas porque están en nuestras mentes.
El tiempo sigue,
es letal y no regresa,
benditos amores,
eternos amores,
aparentes, falibles, nulos.
Recordamos los días, las noches y los insomnios.
Afinamos el oído a esa canción,
a ese bar.
El espejo nos trae esa expresión adefesio.
Se ocultan como fantasmas, bajo las sábanas,
clandestinos,
sin ellas nada son.
Con mala elegancia,
el verano y un pantano..Reales, innecesarios, pero excitantes.
Como la real hecatombe bíblica.
Irreales en el paraíso, según San Juan…
Hacemos silencio, esperando el indulto,
agitando el pañuelo.
Lo imaginado siempre sale diferente,
o un poco diferente,
también totalmente diferente.
Lo más atareado nos hace ser indolentes,
y nos mira de frente,
imaginando cómo serían
esos amores si fueran
permitidos en el presente.
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
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