Tomado de: Gabriel García Márquez
Emilio Rivera
Por María Lozano
Valora esta flor, mi amadaque con sacrificio y dolor fue arrancada.
Del campo llegó, bañada en rocío,
testigo silente de un amor bravío.
En mis manos, las cicatrices hablan,
de una vida dura que nunca me amilana.
Cada herida es un paso hacia tu sonrisa,
mi recompensa, mi paz, mi prisa.
Si esta flor pudiera hablarte al oído,
te diría cuánto luché por haberla traído.
No es solo una flor, es mi corazón entero,
ofreciéndote amor puro, sincero y verdadero.
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