Tomado de: El Retorno de las Diosas
Marga Gusmán
Por María Lozano
Estamos en vísperas de Navidad, no te dejes arrastrar por la tristeza, aunque haya espacios vacíos a tu alrededor. Esos huecos que alguna vez llenaron personas y momentos, ahora son lugares sagrados donde el recuerdo florece.No es fácil ver una mesa con sillas vacías o un rincón sin la risa de aquellos que ya no están. Pero cada recuerdo lleva el eco de su voz, el peso de sus abrazos, y la calidez de su sonrisa. En esos espacios vacíos, habita el amor que nunca se va, el amor que incluso en su ausencia sigue dándonos compañía y fuerza..La Navidad es también un tiempo para dejar ir las lágrimas que has retenido, para agradecer por cada instante vivido. Llena cada rincón con tu presencia, con tu propia alegría, porque quienes te amaron desearían verte feliz. Que ese dia te permita redescubrir la paz en el silencio, y que en cada espacio vacío encuentres una razón para continuar, recordando que el verdadero espíritu de la Navidad está en el amor que permanece.
Los que no están presentes siguen en nuestro corazón pero podemos enfocarnos en quienes están a nuestro alrededor y recordarles lo valiosos que son. Puede ser un buen momento para reconectar, compartir recuerdos, e incluso para construir nuevas tradiciones. Aprovechar la oportunidad de dar felicidad es algo que queda guardado en el alma, tanto para quien recibe como para quien da. La vida, como una obra de arte, se pinta con los gestos que dejamos en ella.
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