Tomado de. Alfosn De Caro
Por María Lozano
La palabra “refugio” evoca la idea de un lugar sereno, donde encontramos paz, tranquilidad y sosiego. Es el albergue seguro que nos protege de las amenazas que la vida puede traer. Sin embargo, el verdadero significado de esta palabra nos dirige a Jesús, que se revela como nuestro refugio supremo en los momentos de angustia. En él encontramos protección, paz y un amor sublime que sobrepasa cualquier comprensión humana.
En medio de los desafíos y tribulaciones que enfrentamos, nuestra ancla es Jesucristo. A través del Espíritu Santo, él nos ofrece la paz que va más allá del entendimiento y la seguridad que solo se puede encontrar en él. Es al confiar en Dios y en el refugio que él nos da, que descubrimos la fuerza para enfrentar las tormentas de la vida.
La Biblia, su Palabra inspirada, es el mapa que nos lleva a ese refugio. En ella encontramos guía, promesas y la presencia constante de Dios. Cuando nos refugiamos en su Palabra, somos fortalecidos y guiados por su sabiduría y su amor inquebrantable.
Por muy tumultuoso que parezca el mundo, recordemos que en Dios encontramos nuestro verdadero refugio. En él, descansamos en su protección, experimentamos su paz y somos envueltos por su amor eterno. Confiar en Dios y refugiarse en él, es la clave para afrontar las adversidades de la vida con fe y valentía..