Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo —le respondió Jesús—, pero lo entenderás más tarde.
(Juan 13:7)
¿Cuántas veces nos preguntamos o cuestionamos a Dios el por qué de una situación determinada en nuestras vidas? Muchas veces, cuando sucede algo que está fuera de nuestro control y que no comprendemos. Puede ser la pérdida de alguien, el final de una relación, una enfermedad, un accidente, el desempleo, una decepción... Le preguntamos al Señor el por qué y realmente no logramos entender.
Sin embargo, la Biblia nos enseña que Dios siempre tiene el control de todo. Si le tenemos como autor y consumador de nuestra fe, podemos confiar y descansar en él. Puede que no comprendamos lo que Jesús está haciendo, pero él lo sabe muy bien. Luego comprenderemos que todo lo que nos sucede ayuda a nuestro crecimiento en la fe, en el amor y en el conocimiento del Señor. Aun cuando no entendemos, nuestro carácter está siendo moldeado cuando pasamos por dificultades confiando y amando a Dios de todo corazón..*Entendiendo lo que Dios hace*
¡Confía más! Intenta recordar acontecimientos pasados que te ayudaron a crecer y a depender más de Dios.
Ora y pon todo en las manos del Padre, todas tus preguntas o dudas. Cree que él sabe y tiene el control de todo.
Jesús es nuestro mejor ejemplo. Lee la Biblia y aprende sobre su amor, su servicio y su entrega incondicional.
Pon todas tus ansiedades y tu corazón a los pies de la cruz de Cristo. Descansa en la paz de Jesús.
Cree aun antes de entender lo que sucede.
Comparte tus dudas con los hermanos que tienen más experiencia en la fe y pídeles que oren por ti.
*Por favor ora conmigo*
Señor mío y Dios mío, aunque no entiendo el por qué de toda la turbulencia por la que estoy pasando, quiero confiar más en ti y en tu Palabra. Ayúdame a creer de todo corazón que tú tienes el control de mi vida en tus manos. Confío en que eres bueno y fiel, que tienes un propósito firme en todas las cosas. Dame fuerzas y aumenta cada dia más mi fe. En el nombre de Jesús, amén.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo.
Un fuerte abrazo.
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