Tomado de: Entre café y libros.
Por María Lozano
Los niños son los nacimientos que nos alegran la vida. Vienen a este universo con ese sencillo e impoluto amor. En ocasiones la sencillez se esfuma, pero nunca les falta un instante de creatividad y picardía que nos cautivan, no importando su apariencia, es decir, si traen sucia la cara o andan descalzos, inclusive haciendo un berrinche o charlando con sus juguetes.A veces son unos angelitos y otras veces unos pequeños demonios. Los verás usando nuestro calzado, nuestras gorras o nuestras pinturas..Inquietos, traviesos y llorones, que a veces nos hacen perder los estribos, pero cuando te nombran y te lanzan una sonrisa, ahí volvemos a ser cautivados y derribados con esa carita angelical. Inocentes, derramando la leche en la cama, aun con su pijama.
Dios siempre hace maravillas al crear a un niño, le pone voz, llanto, agilidad, curiosidad e inteligencia. Van descubriendo sus mejores frases conforme crecen, por ejemplo “un ratito más papi”. Son muy condescendientes con los animales.
Nos causan felicidad, aflicción, oprobio y satisfacciones, y siempre nos hacen esbozar una sonrisa llena de amor...
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
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