Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad le preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino: -“¿Cómo es la gente de esta ciudad?”-“¿Cómo era la gente del lugar de dónde vienes?”- Le inquirió ella a su vez.
-Terrible- Respondió el viajero. -Mezquina. No se puede confiar en ella. Detestable en todo los sentidos.
-¡Ah!-, Exclamó la mujer. –“Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges”.
Apenas había partido el primer viajero, cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana.
De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de dónde provenía.
-“Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir”.- Declaró el segundo viajero..