Pablo conoció el amor y la gracia de Cristo

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

1. Por favor ora conmigo
«Señor Jesús enséñame a vivir en tu amor y tu gracia, que cada día pueda venir a ti con el poder de tu Santo Espíritu servirte y a la vez afrontar los desafíos de la vida. Te amo Señor. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” 1 Corintios 15:9-10
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” 2 Corintios 12:9-10..3. Reflexiona
El apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo, continuamente en sus cartas, impulsaba a los creyentes a conocer en intimidad, por medio de la comunión con el Espíritu de Dios, el amor de Cristo, ese amor que excede a todo conocimiento, para que lograran conocer también en ese gran amor la gracia de Dios, y de esta manera pudieran vivir en esa gracia.
Pablo pudo experimentar el amor y la gracia de Dios de manera muy especial, pues él era un perseguidor de cristianos, así que cuando Cristo resucitado vino a buscarlo y se le apareció en el camino a Damasco, pudo comprobar en carne propia la esencia y el poder de la gracia de Dios, pues el Señor no lo buscó por lo que él era o por lo que él hubiera hecho, pues aquel Saulo de Tarso no merecía ser tenido en cuenta por Jesucristo para ser llamado discípulo suyo, pero en realidad ¿quién merecería tal honor?, la verdad ninguno, por eso es que podemos decir que el apóstol pudo vivir en carne propia la esencia de la gracia de Dios, pues la misma gracia de Dios: Jesucristo, fue quien se le presentó y cambió su propósito y su destino para siempre como él mismo lo declara en 1 Corintios 15:9-10.
En nuestra conversión inicia ese camino de gracia que debemos recorrer, por eso Pablo nos enseña en 2 Corintios 12:9-10 que es en ese transcurrir de la vida, donde podemos encontrar afrentas, necesidades, persecuciones, angustias y donde muchas veces notaremos nuestra debilidad, donde precisamente veremos manifestada la gracia de Dios, pues ahí aunque no lo merezcamos, Dios muestra su amor, su misericordia y su poder para ayudarnos, limpiarnos, restaurarnos, y para llenarnos con su Espíritu, para que así en humildad reconozcamos que lo que somos y hacemos es solamente por su gracia y por su amor.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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