David conoció el amor de Cristo, su perdón y restitución

 Tomado de: Alfonso De Caro 

Por María Lozano

1. Por favor ora conmigo
«Espíritu Santo de Dios, te pido que me ayudes a aprender de Jesús la mansedumbre y la humildad, pues quiero disfrutar de todo ese amor que me has dado y que trae perdón y restitución a mi vida. En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.” Hechos 13:22.
“Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.” 2 Samuel 12:13-14..“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29.
3. Reflexiona
Las Escrituras dicen que David era un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22); pero es necesario aclarar que David fue aprobado por Dios, no debido a sus obras sino por su fe; gracias al amor de Dios, amor que recibió precisamente por su fe y humildad, cualidades que podemos reconocer al leer 1 Samuel 17:34-37, donde nos damos cuenta que David desde su juventud creía en Dios al depositar su confianza en Él; además tenía humildad, pues su corazón no se enorgulleció por matar al oso o al león para proteger las ovejas de su padre, más bien con respeto declaraba que esto provenía de Dios.
El rey David al igual que muchos creyentes, cometió grandes errores en su vida, incluyendo pecados vergonzosos como el adulterio y el asesinato, razón por la que fue amonestado por Dios a través del profeta Natán, frente a lo cual David no esconde su pecado, ni tampoco se justifica, sino con humildad lo reconoce y se arrepiente, recibiendo así de Dios, el amor y el perdón (2 Samuel 12:13). A pesar del arrepentimiento de David, Dios no lo exime de las consecuencias del pecado, por eso el hijo que esperaba fallece (2 Samuel 12:14), pero más adelante vemos un acto de gracia y restitución por parte de Dios en la vida de David, pues Dios le da otro hijo. (2 Samuel 12:24-25).
El rey David pudo experimentar en su vida el amor de Cristo, él conoció este amor profundamente pues tenía a Cristo como Señor (Salmo 110:1). Al igual que David, reconozcamos a Jesús como nuestro Señor, depositando nuestra fe en Él y en humildad confesemos que hemos pecado, y esperemos de nuestro Dios su amor, restauración y restitución. Si nos cuesta hacerlo pidamos a Dios entender lo revelado por Jesús en Mateo 11:29 para que por su Santo Espíritu aprendamos humildad.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

De todos los viernes

 Tomado de: Entre café y libros Por María Lozano Soñé en un viernes. En uno de esos viernes. De todos los viernes que vivimos. Entrañable vi...