La gente feliz tiene hábitos de felicidad

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad le preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino: -“¿Cómo es la gente de esta ciudad?”
-“¿Cómo era la gente del lugar de dónde vienes?”- Le inquirió ella a su vez.
-Terrible- Respondió el viajero. -Mezquina. No se puede confiar en ella. Detestable en todo los sentidos.
-¡Ah!-, Exclamó la mujer. –“Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges”.
Apenas había partido el primer viajero, cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana.
De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de dónde provenía.
-“Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir”.- Declaró el segundo viajero..La sabia mujer le respondió: -“Lo mismo hallarás en la Ciudad adonde te diriges”.
En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como somos.
Todos queremos ser felices, pero la felicidad coexiste con los problemas. Resolver un problema no te hace ser más feliz, te da solo alivio. La gente feliz tiene hábitos de felicidad, es algo que construimos nosotros mismos cada día.
Para ser felices tenemos que:
Activar las emociones positivas:sonreír, tener paz, así te va mejor en todos lados. La gente feliz alcanza metas y más metas porque es feliz.
Tener un sueño: la gente solidaria es la más feliz (hay fundaciones de personas que abrazaron un sueño más grande que su propia vida). Dios nos eligió desde el vientre de nuestra madre. Somos reyes y sacerdotes, nación santa y estamos acá para cumplir todos nuestros sueños pase lo que pase.
Tener Fe, tener muchos planes: Cuando no sepas algo, busca al que sabe. La estrechez te vuelve a llevar al crecimiento, porque vamos de gloria en gloria y de poder en poder
Moisés sacó a cientos de miles de judíos de Egipto y a metros de entrar a la Tierra Prometida; van a espiar la tierra; cuarenta días después de explorar todo, vuelven con un racimo de uvas gigante, estaban todos esperando el reporte. Pero Caleb y Josué interrumpieron y dijeron ¡BASTA DE HABLAR ENTREMOS!
Los otros diez tiraron abajo esas palabras, con palabras negativas, dijeron que no se podía y dos dijeron que sí se podía ¿Y tú en qué grupo estás? Los diez contaminaron a todos los demás, es fácil contagiarse de lo negativo. Por eso Dios dijo: los hijos menores de 20 años y Josué y Caleb solamente entraran en la Tierra Prometida.
Doce personas fueron enviadas a mirar la Tierra Prometida diez dijeron no se puede: esa es la voz del mundo y dos dijeron que sí se podía: esa es la voz de la fe. La masa nos influencia ¿y a ti quién te influencia? ¿sigues al montón, vas donde va la mayoría?”.
La gente de fe tiene tres características:
-Compromiso para seguir.
El ejemplo de Cristóbal Colón: Antes de Colón en latín se decía: “no hay más allá”, después de Colón se dijo: “Sí hay más allá”. Tenemos que decir: “sí a la abundancia y a la prosperidad, porque así nos quiere bendecir Dios”. Por eso: “No nos vamos a morir con los incrédulos en el desierto”.
-Actitud positiva:
había gigantes sí, pero “los gigantes no agarran langostas, las langostas pueden volar al lado del gigante”. Somos como langostas, Dios nos va a mandar el viento y vamos a volar gratis. Tengo que pasar por dentro la palabra; eso me hace positivo, me limpia y me hace crecer. El que dice: “¡eso es para mí!” Esa es gente positiva.
-Mirar con expectativa:
Primero las uvas: es el anticipo de lo que Dios me va a dar multiplicado. Te da la uva para que la pruebes y te dice: “yo te voy a meter en la tierra de la bendición”. Esa uva me llevará a conseguir la fábrica de uvas. La fe captura oportunidades. Necesitas un Goliat para ser rey, necesitas de un problema, huí de los problemáticos y acércate a los problemas, porque el problema es lo que te va a permitir capturar una bendición. Dios te va a entrenar para todo problema, Dios te va a hacer vivir sin ropa, con ropa y con buena ropa, te va a hacer vivir sin comida, con comida y con buena comida, en todo y por todo vas a ser entrenado y habilitado, para que aprendas a tomar oportunidades en todas las circunstancias.
Los gigantes están para que me cuiden bien la tierra. Pasaste por Egipto y no moriste, por el desierto y no moriste y ahora estás acá. Por eso ahora estoy a metros de entrar a mi Tierra Prometida. ¡Tú tienes el favor de Dios! Tenemos que caminar en la vida sabiendo que somos el pueblo especial de Dios, no para mirar a los demás “por encima del hombro”; sino para darnos cuenta que estamos más cerca de la cima de lo que pensamos. Por eso puedes decir: “estoy a metros de alcanzar la bendición afectiva, financiera, etc. Yo determino que hoy es el día, ¡el favor de Dios se activa cuando hablo bendición!”

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