Tomado de: Alfonso De Caro
^Por María Lozano
1. Por favor ora conmigo
«Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por completar mi vida, porque estás conmigo y has cumplido tu promesa a través de tu Espíritu Santo. Ayúdame de hoy en adelante a enfocar mi vida en ti, a entender que ahora estoy inscrito en el libro de la vida del Cordero y eso me garantiza que soy de tu familia Señor y que tengo vida eterna; que siempre honre tu precioso nombre como Dios y como Rey, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce” Mateo 1:17.
3. Reflexiona
Toda la Biblia tiene un tema unificador que es Jesucristo, desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento Él es el enfoque principal e igualmente debería ser el foco central de nuestra vida. La Biblia es un libro sobre familias; las genealogías son muy importantes, por eso el libro de Mateo comienza con un árbol genealógico, donde encontramos, entre los ancestros de Jesús, mujeres gentiles como Tamar, Rahab, Rut; también a Salomón, concebido por Betsabet y el rey David, y muchos otros más..Lo importante aquí es que Dios usa seres humanos pecadores y comunes para manifestar su poder y cumplir con su plan de salvación; por eso, por su gracia también nos incluyó a nosotros sin importar cuál fuera nuestro pasado. La mayor necesidad para nosotros como para los ancestros, era recibir el perdón de Dios, por eso necesitamos de un Salvador.
Jesús es el cumplimiento de todo lo profetizado en el Antiguo Testamento y es también la culminación de la historia de salvación. En esa genealogía se expone la historia del pueblo de Dios, dividida en tres periodos iguales: Catorce generaciones desde Abraham hasta David (Mateo 1:1-6), catorce generaciones desde David hasta el cautiverio Babilónico (Mateo 1:7-11) y catorce generaciones desde el cautiverio Babilónico hasta José padre adoptivo de Jesús. María también era de la línea de David (Mateo 1:12-17).
El Nuevo Testamento se fundamenta en la precisión de esta genealogía, exponiendo el hecho que el Señor Jesucristo pertenece a la línea de descendencia de Abraham y a la del rey David; la de Abraham lo sitúa en la nación y la de David en el trono. Esto coloca a Jesús en una posición única; nació del linaje de David y de la descendencia de Abraham, por eso los enemigos de Cristo nunca pudieron refutar su descendencia.
Si el Espíritu de Dios ha dedicado tiempo y espacio para incluirlas en el texto Bíblico, preservándolas ante el paso de los siglos, es porque tienen para nosotros un valor que debemos conocer. En Jesús se han cumplido todas las profecías y promesas de Dios; por eso, toda nuestra vida es completada en Jesús, nada faltará de lo que ya Dios ha dicho en su palabra.
Antes éramos del libro de las generaciones de Adán por nuestro nacimiento físico, porque llegamos a ser parte de su familia y en Adán todos morimos (Romanos 5:12). Es el libro de la muerte. ¿Y cómo llegamos a ser parte del libro de las generaciones de Jesucristo?, entramos por el nuevo nacimiento al creer en Cristo; esto nos coloca en el libro de la vida del Cordero. Demos gloria a nuestro Dios y Rey Jesucristo.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.
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