Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Esta invitación se dirige a dos clases de personas: los que están cansados y los que están agobiados. Los que están cansados son aquellos hombres y mujeres, jóvenes y niños, conscientes, sinceros y serios, que están tratando de ser buenos, que reconocen que Dios está en control del mundo y que, en última instancia, deben responder por su vida ante Él. Saben que las buenas acciones y las buenas actitudes tienen cierto valor para protegerlos y librarlos de las fuerzas destructivas de la vida, por lo que están tratando de vivir vidas buenas y morales. Hay muchos que obedecen la ley, que tratan de mantenerse alejados de los problemas y esperan con ello agradar a Dios. Están haciendo lo mejor que pueden, pero están descubriendo que es un trabajo aburrido y duro. Es a estos a quienes Jesús les dice: Venid a mí.La segunda clase son los que están agobiados. Son las personas que se han entregado al placer y a la vida desenfrenada, y ya están hartos de ello. Se han agotado y no les queda mucho. Sus noches son un círculo vacío de ocupaciones vacías con personas vacías, y sus días son una batalla interminable con la resaca de la culpa y la desesperación. Son personas que están muy agobiadas por el vacío, la falta de sentido y la frustración de la vida. A estos también les dice Jesús: Venid a mí y yo os daré descanso. Literalmente, os aliviaré; la palabra contiene la idea de quitarse una carga..El descanso llega a ambos grupos al darse cuenta que lo que ellos están tratando de hacer, Jesucristo ya lo hizo. Él lo hizo en su lugar. ¿Estás trabajando para ser lo suficientemente bueno para Dios? Entonces necesitas saber que Dios está dispuesto a acreditarte toda la bondad de Cristo, que puedes desechar tus propios trapos sucios de justicia. Tus esfuerzos por ser lo suficientemente bueno están muy, muy lejos de lo que Dios requiere. Tú lo sabes, y Él lo sabe, pero no los necesitas. Dios está dispuesto en Jesucristo a acreditarte su justicia. Esa es la gloria de la cruz. Es un lugar de intercambio, donde lo que yo soy se pone sobre Él, y lo que Él es, se me da a mí. ¡Qué alivio es esto!
POR FAVOR ORA CONMIGO
Gracias, Señor Jesús, por hacerme comprender que sólo cuando tomo tu yugo sobre mí cumplo con tu propósito. Enséñame a no creer la mentira que sugiere que tu yugo traerá restricciones, estrechez y falta de libertad. Gracias mi Señor y Salvador. Amén.
Aplicación de vida
¿Eres más propenso a sentirte cansado o agobiado? Tómate un momento para descansar en Él y en Su obra a tu favor.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.
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