Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
El Reino de Dios no es cuestión de lo que comemos o bebemos, sino de vivir una vida de bondad, paz y alegría en el Espíritu Santo”. Romanos 14:17 (NTV)¿Qué es lo que más te resulta fácil perder? ¿Las gafas? ¿Las llaves? ¿La mente?
Todas esas cosas son fáciles de perder, pero la más fácil de todas es la alegría. Puedes perderla con una llamada telefónica o un correo electrónico, una carta o una conversación. Incluso puedes ver un anuncio y perder la alegría al sentirte descontento con tus propias circunstancias o posesiones. La alegría es muy fácil de perder.
No sólo nos sentimos mal cuando perdemos el gozo, sino que cuando los hijos de Dios no están llenos de gozo, eso también hace que Dios quede mal. Los cristianos malhumorados son malos testigos. Parecen como si los hubieran bautizado en vinagre porque nunca sonríen de verdad. Y eso hace que Dios quede mal..Dios quiere que sus hijos sean testigos con sus rostros. Como dice Proverbios 15:13: “El corazón alegre hermosea el rostro”.
La Biblia nos dice que la vida cristiana se puede resumir en tres palabras: bondad, paz y alegría. Romanos 14:17 dice: “El reino de Dios no es cuestión de lo que comemos o bebemos, sino de vivir una vida de bondad, paz y alegría en el Espíritu Santo” (NTV).
Aunque el gozo es clave para la vida cristiana, la realidad es que se puede perder muy rápidamente y de muchas maneras. Hay miles de aguafiestas que te robarán el gozo, hasta el punto que alguien como Jeremías, un profeta de Dios, pudo decir esto en Lamentaciones 5:15: “No hay más gozo en nuestro corazón”.
No sé si te encuentras en esa situación hoy. Tal vez sientas que has perdido la chispa y que no estás tan cerca de Dios como antes. Tal vez solo estás viviendo la vida sin más. Si así te sientes, debes saber que, así como es fácil perder la alegría, también es bastante fácil recuperarla.
¿Cómo recuperar la alegría? El primer paso es admitir que la has perdido.
Si no estás seguro de haber perdido el gozo, haz este sencillo ejercicio. Observa tu pasado y hazte un par de preguntas: ¿Ha habido alguna vez en tu vida un momento en el que te hayas sentido más cerca de Dios que ahora? ¿Ha habido alguna vez en tu vida un momento en el que hayas estado más gozoso en el Señor que ahora?
Si la respuesta es sí, entonces has perdido la alegría. Y ahora es el momento de recuperarla.
Haga lo que hizo David en el Salmo 51:12. Sabía que había perdido su alegría y que Dios era el único que podía devolvérsela. Por eso oró: «Devuélveme la alegría de tu salvación» (NVI).
Dios restauró el gozo de David y está dispuesto a hacer lo mismo contigo. Todo lo que tienes que hacer es pedirlo. Es el primer paso para recuperar tu gozo.
REFLEXIONA
Piensa en un momento en el que te sentías más gozoso en el Señor que ahora. ¿Qué era diferente en tu andar espiritual y en tu tiempo de quietud?
¿Qué cosas te roban el gozo? ¿Esas cosas cambian en algo a Dios? ¿Deberían cambiar algo en referencia a cuánto lo amas y confías en él?
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo
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