Alimentar al rebaño

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

POR FAVOR LEE LA ESCRITURA: HECHOS 20:17-38.
Porque no he dudado en anunciaros toda la voluntad de Dios. Tened cuidado de vosotros mismos y de todo el rebaño en el que el Espíritu Santo os ha puesto como obispos. Sed pastores de la iglesia de Dios, la cual él compró con su propia sangre.
Hechos 20:27-28.
Estas palabras forman parte del gran encargo de Pablo a los ancianos de Éfeso. Los ancianos eran lo que llamaríamos los pastores de las iglesias de allí. En estas ciudades antiguas, no se reunían como lo hacemos nosotros los domingos por la mañana. No había un lugar adecuado para que lo hicieran, así que se reunían en las casas. Los maestros de estas diversas iglesias en las casas eran los ancianos, los responsables de guiar, dirigir, enseñar y alimentar al rebaño. Éstos son los hombres a quienes Pablo había convocado para que se reunieran con él en Mileto.
La responsabilidad primordial de un pastor es enseñar las Escrituras, alimentar al rebaño. Si no lo hace, está fracasando miserablemente en su trabajo. Es la verdad la que cambia a las personas. Si no se enseña la Palabra, las Escrituras, entonces las personas no están cambiando. Están luchando en sus propios caminos inútiles y no están logrando nada. Así que la tarea primordial de los pastores es enseñar todo el consejo de Dios..Ellos deben comenzar por sí mismos, dice el apóstol, es decir, deben obedecer la verdad que ellos mismos aprenden. De ahí proviene su autoridad. Sólo en la medida en que sean obedientes a la verdad que enseñan, tendrán derecho a decir algo a los demás. ¿Osarías decir eso a tus hijos? Si lo que estoy haciendo no está de acuerdo con lo que enseño, entonces no me creas. No tengo autoridad sobre ti; no tengo poder sobre ti. Pero si tus acciones están de acuerdo con tu enseñanza, entonces el poder es inherente a esa obediencia.
Así que estos ancianos deben empezar por sí mismos y enseñar la Palabra. Su responsabilidad es para con el Espíritu Santo, no para con la denominación ni para con la congregación. Es el Espíritu quien los ha puesto en ese cargo y los ha equipado con dones. El que lee el corazón está juzgando sus vidas, así que no importa lo que piensen los demás. Deben seguir al Espíritu en lo que Él les ha encomendado hacer.
Observe cómo él subraya el hecho que el ministerio de ellos es muy valioso. Es alimentar a la iglesia del Señor. Nada es más precioso para Dios en todo el mundo que el pueblo de Cristo, el cuerpo de Cristo. Lo más valioso en la tierra, a los ojos de Dios, es su iglesia. Él se entregó por ella, la ama fervientemente, la obtuvo con su propia sangre. Por lo tanto, tiene la más alta prioridad en los pensamientos. Lo que concierne a la iglesia es lo más importante en el mundo hoy. Ojalá pudiéramos captar esa imagen como la entendió el apóstol.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Señor mío y Dios mío, gracias por los pastores que has designado para alimentar a tu rebaño. Concédeles fuerza y valor para enseñar toda la voluntad de Dios y aplicarla primero a su propia vida. Que recuerden que lo único que no regresa vacío, es tu Palabra. Gracias mi Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
Aplicación de vida
¿De qué manera puedes animar a un pastor que Dios ha puesto en tu vida?
Tómate un tiempo para orar por él y escríbele una nota de aliento.
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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