Tomado de: Entre café y libros
Por María Lozano
Mordías tus labios como queriendo morderme.
O tal vez incitarme a que yo lo hiciera.
Me gustó tu tono, apiñonada natural,
y colorada al final.
Tomabas tu pelo, jugabas con él..Tu sonrisa concordaba con tus ojos.
Y ese par de lunares en tu rostro, te dan personalidad.
Puedo leer tu rostro aun no habiendo palabras.
Puedo leer tu sonrisa empleando todas las palabras.
Te mostrabas eternamente tú.
No hubo silencios, queríamos sabernos.
Y aunque este poema parezca biografía, cruzaré esa línea roja.
Así los vendedores de humo sabrán que te quiero.
La razón, quizá, fue del viento.
Guillermo Rosales Medellín.
DAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario