El secreto

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

POR FAVOR LEE LA ESCRITURA: 2 CORINTIOS 3:1-6.
Tal confianza tenemos por medio de Cristo delante de Dios. No que seamos competentes por nosotros mismos para pretender algo como nuestro propio mérito, sino que nuestra competencia proviene de Dios. Él nos ha hecho ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica. 2 Corintios 3:4-6.
Hemos examinado las cinco características del cristianismo auténtico: optimismo insaciable, éxito invariable, impacto inolvidable, integridad intachable y realidad innegable. Sin embargo, Pablo también planteó una pregunta importante. Después de enumerar esas cinco características de un cristiano auténtico, Pablo pregunta al lector: ¿Y quién está a la altura de tal tarea? ¿ Quién es un modelo consistente de estas cualidades? ¿Lo soy yo? ¿Lo eres tú? ¿Estás a la altura de la tarea de manifestar continuamente, infaliblemente y de manera constante un espíritu alegre y confiado? ¿Una capacidad de salir siempre ganando? ¿Una influencia poderosa y positiva sobre los demás? ¿Una absoluta confiabilidad? ¿Y una demostración tan fiable y realista de estas cualidades que nadie dude jamás de ellas? La pregunta queda en el aire, esperando una respuesta.
Pablo nos presenta el gran secreto en términos inequívocos: “ Tal confianza tenemos por medio de Cristo delante de Dios”. Para que nadie pase por alto las implicaciones de esto, él presenta la misma verdad en forma negativa: “ No que seamos competentes por nosotros mismos para reclamar algo como propio, sino que nuestra competencia proviene de Dios. Nada viene de nosotros, todo viene de Dios”. Ese es el secreto de los secretos: el secreto de la verdadera realización, satisfacción y éxito..Vivir de esta manera, sacando nuestra suficiencia de Dios, es lo que significa ser competentes como ministros de un nuevo pacto. Contrasta claramente esta forma de vida con el antiguo pacto, el código escrito muerto, la letra que mata. Vivir sin que nada venga de nosotros y todo venga de Dios es vivir en el Espíritu. El Espíritu continuamente da Vida con V mayúscula. Es este secreto lo que produjo el espíritu confiado que caracterizó a Pablo y lo capacitó para difundir la fragancia del conocimiento de Cristo dondequiera que iba. El lenguaje que usó nos recuerda inmediatamente las palabras de Jesús a sus discípulos: Yo soy la vid; ustedes son los sarmientos. … separados de mí nada pueden hacer (Juan 15:5). Ni Jesús ni Pablo quieren dar a entender que no es posible ninguna actividad humana sin confiar en Dios. Tanto el mundo como la iglesia están llenos de ejemplos de lo contrario.
Pero tanto Jesús como Pablo enseñan que la actividad que depende de los recursos humanos para su éxito, al final no logrará nada. No tendrá valor permanente. Los hombres pueden alabarla y emularla, pero Dios la considerará como lo que es: un esfuerzo inútil. El apóstol indica que el secreto de una vida eficaz y significativa reside en lo que él llama el nuevo pacto. Este nuevo pacto es aquel al que se refirió Jesús cuando pasó la copa a sus discípulos en la institución de la Cena del Señor: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama (Lucas 22:20). Esta copa, tomada con el pan, es para recordarnos la verdad central de nuestras vidas: Jesús murió por nosotros para poder vivir en nosotros. Su vida en nosotros es el poder por el cual vivimos una verdadera vida cristiana. Ese es el nuevo pacto.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Concédeme Señor mío y Dios mío, que pueda comprender esta verdad y contando contigo, descubrir tu capacidad de cambiar, sanar, restaurar y perdonar, manifestada a través de mí. Te lo pido en tu nombre amado Jesús. Amén.
Aplicación de vida
¿Estás obteniendo tu suficiencia de Dios?
¿Puedes vivir hoy la verdad: nada viene de mí; todo viene de Dios?
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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