Vivir y Morir para el Señor

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María lozano

Por favor ora conmigo
«Padre Dios, Señor. Po de todo lo que existe y de todos los que existimos; por tu misericordia nos has dado vida y vida en abundancia y, por tu misericordia, un día recogerás nuestro espíritu y cerraremos nuestros ojos a este mundo que solamente es vanidad de vanidades, y los abriremos a la eternidad en Cristo Jesús para adorarte y alabarte Señor, por los siglos de los siglos. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí” Romanos 14:7.
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” Romanos 14:8.
“Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven” Romanos 14:9..3. Reflexiona
A quienes Cristo Jesús se nos ha revelado y lo hemos recibido de corazón, ya no vivimos para nosotros, ni morimos para nosotros, sino, para él, bien lo dice Pablo: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando en esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5: 14-15) “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:38-39)
A todos los creyentes en Cristo Jesús, nuestro crecimiento espiritual debe conducirnos a ese punto en que en Espíritu y en Verdad declaremos de todo corazón: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)
Porque Cristo Jesús para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, por ello dice el Apóstol Juan: “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” (Apocalipsis 1: 17-18)
Nosotros estamos llamados a menguar para que Cristo crezca, a morir para que Cristo viva en nosotros, con nosotros, por nosotros y sobre nosotros; a este respecto dice claramente la palabra: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:24)


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